LAGRIMAS

Hay un lugar
donde estan escondidas,
nadie las conoce.
Un lugar donde mis ojos
no alcanzan a verlas.
Nadie!,
tampoco yo hallare su nombre.
No tienen forma,
surgen distantes,
de otro mundo.
Estan ahi, mirando,
esperando el momento
que les pertenece.
Nacen!,
vagan hasta llegar a perderse.
Son como la nada.
Nadie las entiende.

Ana Artiel

LA NOCHE

Me llama la noche, y...
yo no se nada.
Y una sonolienta tristeza
se abalanza para hundirme
en una luz, una llama,
espacio de un cuerpo
surgido de la nada.
No miro,
no quiero ver su rostro
de misterio y sombra,
dolor y muerte.
Pero este placer es un espejo,
una locura de tu volatil aparicion.
Palabras...
voces surgidas de las brumas
abrazan ecos de mi otra existencia.
Se acerca la hora
del amor y la entrega,
el vivido fantasma
que te busca y te huye
te desea y te arrastra
para amarte en la tenue
unidad perseguida del espacio.
Te espero y no existes
rumor de una piel
que me hunde en sus garras
y me arranca la timida
expresion fabricada.
Centellea el corporeo
ardor de tus poros
y empapan de nuevo
la eterea desnudez.
Apareces,
incognito entre las sombras
te elevas difuminado.
Y todo es belleza inalcanzable,
infierno de las pasiones imperiosas
astiadas de vacio,
cefiros de una vaga tristeza
que me envuelve como una tormenta,
como una fragil y cruel amenaza
de mi actual existencia.

INVIERNO

Fue una noche fria de Invierno,
estuvimos juntos y fue
la ultima noche.
Relampago!
abrasaste mi sueno.
Estabamos entre la muchedumbre,
el impetu nos alejo del tiempo
Aun permanezco lejos!.
Pero ya nada importa,
apagamos nuestro fuego.
Todo pasa, es cierto.
Un pasaje,
formas incorrectas,
solo el viento
garganta encarnecida
esclarece, perfora nuestro centro.
Estoico ademan de mi cerebro
pungiste, destrozaste
placer frenetico.
Palabras ahogadas, sin aliento,
deseos encadenados
no destroceis mi cuerpo!.
Vida cansada, permanente
ya nada lastima mis desechos,
ni tu remoto enmascarado.

UNIDAD

He aqui la imagen nupcial del deseo,
la debilidad de los cuerpos,
de la sangre viviente.
He aqui el rostro de la carne,
los cuerpos sin rostros,
organos que buscan
sabor de la vida
quizas de la muerte,
Aqui, en algun momento,
aqui nos entregamos
matamos nuestra rabia,
y luego...
luego no fuimos nada,
solamente carne,
flexibles espadas clavadas,
centros asfixiados
en la orbita del apetito.
Miembros enlazados en la furia,
en la ceguera de luces virtuales,
en nuestra danza turbulenta,
en el ayer inmortal de nuestras vidas,
Te quise,
quiero amarte.
Ahora, aqui en la tierra
quiero arrancarte como el aguila
el hierro amenazante que detiene
nuestra unidad.