LA NOCHE

Me llama la noche, y...
yo no se nada.
Y una sonolienta tristeza
se abalanza para hundirme
en una luz, una llama,
espacio de un cuerpo
surgido de la nada.
No miro,
no quiero ver su rostro
de misterio y sombra,
dolor y muerte.
Pero este placer es un espejo,
una locura de tu volatil aparicion.
Palabras...
voces surgidas de las brumas
abrazan ecos de mi otra existencia.
Se acerca la hora
del amor y la entrega,
el vivido fantasma
que te busca y te huye
te desea y te arrastra
para amarte en la tenue
unidad perseguida del espacio.
Te espero y no existes
rumor de una piel
que me hunde en sus garras
y me arranca la timida
expresion fabricada.
Centellea el corporeo
ardor de tus poros
y empapan de nuevo
la eterea desnudez.
Apareces,
incognito entre las sombras
te elevas difuminado.
Y todo es belleza inalcanzable,
infierno de las pasiones imperiosas
astiadas de vacio,
cefiros de una vaga tristeza
que me envuelve como una tormenta,
como una fragil y cruel amenaza
de mi actual existencia.